DESCRIPTORES / PALABRAS CLAVES: Orientación, Paz, Reencuentro,
Conflicto, Afecto.
RESUMEN:
Construir la ciudadanía como un ejercicio para la paz es una
tarea que parte del individuo y se consolida en el sujeto político que se
siente realizado, identificado y parte de un grupo (de una comunidad) y, al sentirse
parte, cuida y respeta a su grupo. Una de las características en el desarrollo
de la identidad es la confianza y esta inicia desde el vínculo del hijo con la
madre, el padre, la familia y posteriormente con las instituciones sociales. De
ahí que el objetivo de la Pedagogía del Afecto y las líneas de trabajo giren en
torno a la sanación del vínculo afectivo entre padres e hijas o hijos, para
fortalecer la confianza que los estudiantes tienen en sí mismos y en los demás
para lo cual, la Pedagogía del Afecto
establece una serie de estrategias que pretenden despertar en el adulto la
consciencia de su rol y así pueda hacerse responsable de este, ocupando el
lugar que le pertenece y permitiendo a las nuevas generaciones vivir en un
ambiente emocional más sano. La presente ponencia, busca describir algunos de
los aportes que desde el Departamento de Orientación Escolar se realiza a la institución
en ese ejercicio de la construcción de la ciudadanía y la paz desde la Pedagogía del Afecto.
INTRODUCCIÓN
En el momento culmen que atraviesa nuestro país y desde
muchos años atrás el papel Orientador Escolar a transcendido positivamente en
los entornos educativos y es así como es llamado a realizar funciones prácticas
que tienen que ver con intervenir en los lazos y vínculos humanos y reflexionar
sobre la posibilidad de crear estrategias para manejar mejor los conflictos.
Es entonces cuando la Orientación
Escolar se constituye en la esperanza al interior de las instituciones
educativas, rol en el que se establece la necesidad de trabajar en la
prevención primaria de situaciones que dificultan el desarrollo cognitivo y
socioemocional del estudiante y de su entorno familiar.
Es por ello que se hace necesario
destacar los lineamientos y fundamentos teóricos que sustentan el trabajo del
orientador y que se han sintetizado de
la siguiente manera: Formación del ser a través del fomento en valores, trabajo
de sanación espiritual y la búsqueda de trascendencia, la importancia del
afecto en la familia como núcleo de formación del estudiante.
Pensar la escuela como escenario de construcción y sanación
de experiencias vitales ha pasado por la estructuración de espacios en el que
el afecto, la palabra y el símbolo se han tejido como formas válidas y
legítimas de estructurar espacios de aprendizaje, espacios en los que han
participado: estudiantes, maestros y padres de familia.
Los programas de apoyo como lo es La Escuela de Padres, han estado cimentados
sobre esta base, observando resultados muy
favorables. La sanación de los vínculos entre padres e hijos, ha sido la
puerta de entrada a transformaciones que la escuela reclamaba.
Estaos espacios de construcción colectiva como lo son las
escuelas para padres permiten que estos actores externos como son los padres
sean a su vez son copartícipes de la formación de sus propios hijos e hijas
desde los espacios institucionales, siendo favorecedores de la sanación
familiar e individual.
Estos actores sumamente importantes, han sido vinculados en
el aporte al desarrollo de la institución en la construcción de una sociedad
que ofrezca igualdad de oportunidades y condiciones de calidad de vida al
individuo, la familia y la comunidad.
Todo esto mediante las escuelas de padres orientadas a la
educación integral, la prevención y la atención de problemáticas de la familia,
la justicia social, la participación ciudadana, y la conservación y
preservación del medio ambiente que, a través de diversas estrategias buscan
potencializar el “EFECTO del AFECTO”
en todos los entornos y procesos de la
institución, con el objetivo de transformar.
Esta transformación se produce teniendo en cuenta la
recuperación de la dignidad humana y el fortalecimiento del tejido social; con
padres más conscientes de su responsabilidad, familias integradas, hijos
felices y actores comprometidos en el buen ejercicio de la ciudadanía; una
comunidad más involucrada a la prestación de servicios de calidad que
satisfagan las necesidades de las personas beneficiarias y las convirtieran en
gestoras de desarrollo gestando así acciones para la transformación personal,
familiar y social”.
En este orden de ideas donde se hace necesario la formación
de actores para la transformación social
y la paz, Fernández, C. (2012) nos muestra una perspectiva planteando un
modelo de formación ciudadana en el manejo de la NO violencia, presentándola
como una estrategia de cambio social profundo y multidimensional que incorpora
nuevas comprensiones y retos acerca del comportamiento y sostenibilidad de los
sistemas humanos a escala global. Es como el autor nos lleva a la reflexión de
que el conflicto no se niega sino que lo
asume buscando transformarlo, generando cambios en su entorno.
Todo esto nos lo presenta teniendo en cuenta sus implicaciones
para el desarrollo y la formación ciudadana y notamos que dicho planteamiento
generaría una serie de cambios radicales en el tipo de relaciones con otros y
la naturaleza, en la manera de afrontar la conflictividad, en las improntas
culturales que soportan el comportamiento humano destructivo y en las maneras
de comprender y proyectar el desarrollo.
Es por esto que la iniciativa del trabajo que se plantea
desde lo Afectivo, busca fundamentalmente promover y fortalecer el desarrollo
de los ACTORES de una comunidad, a través de procesos de integración de los
mismos. Es un proceso educativo permanente que tiene por objeto ofrecer
oportunidades de participación en el conocimiento crítico de la realidad
social, para provocar cambios de actitudes frente a la problemática familiar,
institucional y social existentes,
teniendo en cuenta que el ser humano es un ser integral y que debe ser formado
como tal en sus tres dimensiones espíritu, alma y cuerpo, como una triple unidad.
Es una estrategia que busca descubrir
nuevas posibilidades para mejorar cualitativamente, a través del
contacto grupal, el diálogo franco y el compromiso.
La atención particular a todos los miembros de la comunidad
educativa y en especial desde las escuelas para padres desde lo afectivo aspira pues, a ser una expresión
genuina y seria de educación para el ser
y la maduración personal; una educación para el amor y la vida. Esta
iniciativa se soporta en los siguientes
principios orientadores:
● El amor, entendido como la decisión
libre y personal de cada uno de nuestros miembros de darse íntegramente, sin
razones y sin interés, al servicio del semejante.
● La integridad, que establece el
compromiso honesto de entregar al servicio de la comunidad los conocimientos,
los talentos y las habilidades;
● El respeto por el ser humano, único
e irremplazable, independiente de su origen, sexo, raza, situación social o
económica, creencias religiosas o políticas; su bienestar es nuestro único
objetivo.
● La excelencia, reflejada en la
revisión constante de los procesos, procedimientos y metodologías de la gestión
que estimulen una mejor y mayor prestación de servicios de calidad.
● La co-responsabilidad que impone
tanto al estado como al individuo, la familia y la comunidad la obligación de
trabajar activamente en la construcción de una sociedad que ofrezca igualdad de
oportunidades y condiciones de calidad de vida para todos sus miembros.
● La equidad, entendida como el
compromiso de la organización y de cada uno de los miembros de participar en la
búsqueda de nuevas y mejores oportunidades para todos.
● La unidad, que nos permite
interconectarnos con todos los miembros de la red para optimizar y afiliar
esfuerzos, desarrollar aprendizajes y cualificar procesos que generen un
verdadero impacto en las comunidades.
Comprometidos desde la orientación escolar con la formación de la comunidad, me veo en la necesidad de implementar talleres
enmarcados en el AFECTO, por la falta de
formación y capacitación que dificulta que se cumpla adecuada y eficazmente con
sus responsabilidades SOCIALES. Porque en nuestro medio se asiste cada día a la
desintegración de la sociedad y de la familia por los efectos negativos que
ejercen sobre ellos el ambiente y la descontrolada utilización de los medios de
comunicación. Esto conlleva a la búsqueda constante de métodos que nos permitan
capacitarnos efectiva y eficazmente para que así, podamos educar a las niñas,
niños, adolescentes, jóvenes y adultos en un modelo afectivo ideal, en el que
los educandos logren desenvolverse dentro de una realidad, comprometiéndose
consigo mismos y con la sociedad a fin de que logren ser mejores personas con
competencias ciudadanas.
Fernández, C. (2012), expone un planteamiento que genera
una serie de cambios radicales en el
tipo de relaciones con los otros y la naturaleza, en la manera de afrontar la
conflictividad, en las improntas culturales que soportan el comportamiento
humano destructivo, en los procederes de comprender y proyectar el desarrollo
y plantea como reto en los procesos de
construcción la formación ciudadana, el
propiciar ambientes para la formación de
un ciudadano global que tiene
como perfil el sentido de la cooperación, solidaridad, el respeto y
mantenimiento de las tradiciones diversas que respetan la naturaleza y las
demás formas de vida, al profundizar la
integralidad y continuidad de las relaciones humanas y naturales.
Esta iniciativa está diseñada para ser multiplicada y para formar
multiplicadores, porque a través de las experiencias recibidas, quedan capacitados para continuar
replicando la intervención en otros lugares e instituciones reconociéndose como
líderes, fomentando en aquellos la creatividad y manteniendo una actitud mental
flexible y abierta para aprender del grupo y crecer con él, para ello no son
instruidos hacia lo que deben hacer, sino sensibilizados ante las necesidades
del ser, de manera que los cambios de actitud ocurren por iniciativa de cada
persona que lo vivencia.
Finalmente, trabajar desde la afectividad es una
iniciativa singular que para poder multiplicarlo
debe ser vivido primero por el facilitador, dándole sentido a la frase de que
“Educar es cosa del Corazón” y, que desde la transformación social y su
trascendencia en la comunidad educativa se generen Agentes de Cambio que transforme a las personas y a una nación que
tanto necesita de la paz, con los “AGENTES DE CAMBIO QUE COLOMBIA QUIERE Y QUE
EL MUNDO NECESITA”, porque “Educar para la paz es cosa del Corazón”.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
FERNÁNDEZ, C. (2012). No
violencia, Educación para el Desarrollo y Formación Ciudadana. Aspectos
Críticos y Perspectivas. En De-construyendo la educación para el
desarrollo, una mirada desde Latinoamérica. Bogotá, Corporación Universitaria
Minuto de Dios.
Mag. Monica Patricia Sanjuan Forero
Psicóloga
Magister en Educación
Énfasis en Enseñanza Aprendizaje.
Docente Orientadora
Bogotá D.C.
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